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Creí que estaba sola
- marzo 3, 2017
- Publicado por: mariadelmar
- Categoría: Desarrollo Personal
Después de la palabra mamá, creo que la segunda palabra que más he pronunciado es “sola”.
No sé bien que fue lo que tanto me sedujo de ese término, si lo victimizado que está o lo verraca que me sentía al usarlo.
Desde pequeñita creí que estaba “sola”… Así aprendí a percibirme. Es que en la casa estaba jugando “sola”, fui hija única, mi mamá estaba trabajando todo el día, mi papá no tenía presencia en mi vida, más que 1 ó 2 veces al año por escasos 30 minutos.
A los 16 años me fui “sola” de intercambio… A los 18 me fui a vivir “sola” fuera de la ciudad, mis relaciones de pareja han sido en su mayoría cortas y he estado mucho tiempo de mi vida “sola”.
Fui empleada algunos años (poco más de 6) y de resto he trabajado “sola” de manera independiente y he creado empresa.
Durante mi enfermedad, esa que partió mi vida en 2… Estuve “sola” en cama mucho tiempo.
Hace pocos años fui mamá y he criado a mi hijo “sola” como madre soltera. Y hace pocos meses me fui de nuevo a vivir “sola” en otra ciudad.
¿Se repite varias veces verdad?
¿Cuál es la palabra que más pronuncias? ¿bueno las 3 primeras?
Y es que yo me había casado con esa palabra, que impresionante…
Y ahora si te voy a contar la verdad, porque eso que leiste es sólo una interpretación victimizada de mi vida, y existe otra realidad.
Si fui hija única pero jamás estuve “sola”, porque en casa si estaba sola (bueno, en verdad con mi perrita y con mi abuela), bajaba en la unidad donde vivía a jugar con los amiguitos y me quedaba todas las tardes haciendo actividades extracurriculares grupales (siempre con muuuucha gente).
Los fines de semana nos ibamos de paseo con mis primos (que fueron siempre muy cercanos) o con la familia del novio de mi mamá y amigos (el combo era siempre mayor a 10 personas)…
Cuando me fui a vivir a otra ciudad, compartí apartamento el 80% del tiempo con compañeras y creé muchas amistades, siempre tuve a personas especiales a mi lado.
Cuando me enfermé, si bien tuve muchos espacios solitarios, hubo personas fundamentales que me acompañaron a salir de ese lugar oscuro donde mi alma se encontraba. Mi madre me daba soporte por teléfono a diario sosteniendo mi endeble corazón y cuerpo.
Siendo madre y durante la crianza de mi hijo, mi mamá y su esposo han sido un apoyo fiel e incondicional. MI familia no nos desampara ni de noche ni de día. Mis amigos y colegas están presentes como mejor lo saben hacer y ha sido el momento en donde más amor he recibido. MI hijo me acompaña, me ama, me valora y comparte su vida conmigo.
Y ahora estoy aquí contigo, que también me acompañas, me escuchas/lees y me inspiras.
Jamas estuve sola y aunque hay momentos de mi vida en donde no hay presencia física de nadie, estoy en la mejor compañía. Estoy conmigo misma y con mi fuente de poder, sólo que antes no lo reconocía.
Una Sonrisa,
María del Mar Solano B.
Autora – Happiness Coach
2 comentarios
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Muy bonita reflexión y muy bonita foto!
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