La incertidumbre me ha logrado llevar a extremos en donde siento un agobio y desespero intenso que me irrita y descontrola. Ha sido en los momentos de más incertidumbre cuando me he sentido más desauseada y víctima que nunca.
Recuerdo como desbordada de lágrimas y paralizada del susto me sentía ínfima frente a la enfermedad porque me sentía impotente, no me veía capaz… La situación la veía más grande que yo. Poner el resultado en alguien más y no tener una respuesta inmediata me llenaba de esa tan conocida incertidumbre. Estaba sufriendo, pedí ayuda y esa persona me ayudó a recordar quien soy y a conectarme con mi fuente de poder para sentir la certeza.
Es muy paradójico pero es justo en el momento de mayor incertidumbre cuando podemos recordarlo… La certeza fue para mi la clave de todo, sentía que tenía de nuevo el poder para recuperarme y que me tenía pero sobretodo, sentía la fuerza de esa fuente de poder que en mi caso, es esa fuente universal divina.
La certeza es saber que me tengo y que manteniéndose conectada a mi fuente de poder todo es posible. La incertidumbre es la magia de no saber exactamente cómo se va resolver el asunto y se puede llegar a disfrutar cuando hay certeza. Sé que lo voy a lograr, doy lo mejor de mi y el cómo se lo entregó a mi fuente de poder y confío
La incertidumbre y la certeza pueden convivir. ¡Con mucho entrenamiento mental y todo es posible!
Hoy sigo recordándomelo cada vez que tengo un reto y muy a menudo en las sesiones de Coaching y charlas que doy.
Entrena tu mente porque así regulas tus emociones para acceder a tu fuente de poder y vives la magia de la incertidumbre y la certeza.
María del Mar Solano B.
Autora – Happiness Coach